La Sociedad del (des)Conocimiento (Carmen García Guadilla)

la fotoTía Eusebia, quien siempre escucha y que, como algunos saben, tiene ochenta años y es fanática del Ipad, oye y se disgusta que no he aceptado responder unas preguntas que me hacía por teléfono un periodista ecuatoriano sobre los eventos que están sucediendo en las universidades venezolanas. Siempre cambian todo a su gusto, me excuso ante la mirada recriminadora de tía Eusebia.  Me conmueve que últimamente piensa mucho en las universidades autónomas, pues se ha dado cuenta de lo importante que son para defender la diversidad del pensamiento en un contexto como el de Venezuela. Por el contrario, cada vez tiene más preocupación por las universidades unidimensionales, aquellas que imponen una sola ideología, sea del tipo que sea. Últimamente, a raíz del paro indefinido de las universidades autónomas, tiene la sensación de que las van a intervenir; pues, según ella, representan la joya de la corona para este régimen. Tía Eusebia me pide el artículo que escribí hace un año Polarización y Tensiones en la Educación Superior Venezolana, después toma su Ipad y hace su propia búsqueda. No se queda contenta con eso y llama a algunas personas amigas relacionadas con la universidad, tanto de la oposición como del chavismo, pues ella es una de las pocas personas en Venezuela que ha logrado no perder amigos por diferencias políticas, a excepción de una amistad que se rompió cuando ella le dijo que “ojalá Chávez aprendiera algo de Mandela”. Cuando terminó de hacer su indagación, me pide que la contacte con el periodista, lo cual hago con mucho gusto y, en efecto, el periodista habla con ella desde Quito y tía Eusebia quedó muy contenta. A continuación se presenta lo más importante de la conversación de tía Eusebia con el periodista ecuatoriano.

¿Cuál es el problema de fondo de las universidades autónomas en Venezuela? El problema de fondo de las universidades es el mismo problema de fondo del país: la tragedia de una sociedad dividida. Se quiere imponer un modelo a toda la población, siendo que, como se vio en las últimas elecciones, la mitad del país no lo quiere. En vez de facilitar espacios para el entendimiento sobre asuntos que beneficien al país como un todo, se siguen marcando distancias como cuando vivía Chávez: «o estás conmigo o estas contra mí¨”, “o aceptas este modelo que es la ´revolución´ o eres un traidor a la patria». En el caso de las universidades autónomas, donde uno de los principios es desarrollar pensamiento crítico, no es posible aceptar el «paquete completo» de una supuesta «revolución» que hubiera podido tener muchos adeptos en las universidades autónomas sino hubiera tenido muchas fallas, entre ellas, el desprecio por el conocimiento crítico

La universidad autónoma venezolana siempre ha jugado un rol protagónico en las luchas por la libertad. ¿Qué papel juega hoy frente al poder público? Las universidades autónomas siguen jugando un papel crítico importante. Además de los profesores activos, también los jubilados están movilizados (muchos de estos últimos fueron integrantes de las luchas revolucionarias de los sesenta y setenta, y por tanto más de izquierda que los que ahora pretenden ser “revolucionarios”).  Sin embargo, hay preocupación por lo que pueda pasar en pocos años, pues no hay casi generación de relevo en el cuerpo profesoral de las principales universidades autónomas. Aparte de que hay poco presupuesto para nuevos cargos, los sueldos de los profesores que comienzan son muy bajos, y por tanto no hay incentivos para que personas talentosas decidan trabajar en estas universidades que todavía tienen criterios de selección exigentes para entrar (lo que no sucede en las universidades oficialistas).

Este gobierno ¿en qué sentido ha tendido un cerco a las universidades autónomas? Estas universidades son las que más molestan, por su defensa de la autonomía, la pluralidad y la diversidad de pensamiento. Por tanto, el cerco tiene muchas aristas, difíciles de explicar en poco tiempo. Hay un comunicado de profesores e investigadores que envían a sus colegas extranjeros que no hablan español, que le sugiero lo lea Crisis in the Venezuelan Autonomous University. Ahora bien, para los ciudadanos que no estamos dentro de esta problemática, lo que más nos impacta es la violencia física hacia estas universidades, especialmente hacia la principal universidad del país (UCV). Ha habido muchos hechos de violencia que han sido denunciados por esta universidad durante todos estos años, pero sin ningún resultado. El último ocurrido este mes de Junio (2013) donde grupos armados entraron, dispararon y quemaron autobuses universitarios e instalaciones del considerado patrimonio mundial de la humanidad; esto con el objetivo de impedir un acto en recibimiento a una marcha de profesores que recorrieron 400 Km por un mejor presupuesto para la universidad.

¿Cómo se explica que las Universidades autónomas de América Latina no se hayan solidarizado con la las universidades autónomas venezolanas? Pues no lo sé, esa pregunta mejor se la hace a los especialistas.  Hay un documento de Las Academias Nacionales frente a la Crisis Universitaria donde se plantea la preocupación por la autonomía universitaria en Venezuela, siendo que este país es uno de los pocos donde la autonomía está establecida en la Constitución. Por tanto, le repito, yo sólo tengo preguntas igual que usted. ¿Será que creen que las universidades autónomas son de derecha porque tienen posiciones críticas a un gobierno que se dice “revolucionario”? De todas formas tampoco tengo clara la relación entre la izquierda latinoamericana y la defensa de la autonomía de las universidades. Me acabo de enterar que a las conferencias internacionales que las universidades cubanas organizan todos los años, casi todos los que asisten son representantes de universidades autónomas de América latina, y hasta ahora no ha habido ninguna denuncia. Entonces, ¿como las universidades autónomas latinoamericanas van a defender el cerco a la autonomía de la universidades venezolanas si nunca han denunciado la falta de autonomía de las universidades cubanas que llevan más de cincuenta años sin ella?

¿Cómo crear vasos comunicantes entre el gobierno y las universidades públicas autónomas? Pues lo veo muy difícil, pues nadie quiere bajar la voz, pero creo que le corresponde al gobierno tomar la iniciativa. Ese acercamiento fue posible en los primeros cinco años del gobierno de Chávez, donde los responsables de las políticas públicas por parte del gobierno de aquel entonces facilitaron esos espacios. Pero a partir de un cierto momento parece que el presidente Chávez no estuvo bien asesorado y prevaleció la tendencia de apoyar la creación de instituciones paralelas de manera masiva (con muchas deficiencias que han sido señaladas por muchos analistas), y con ausencia de políticas públicas hacia las universidades públicas no oficialistas. Según lo que he leído, éstas decisiones  atrasaron a unas y otras universidades, pues en Venezuela no se han llevado a cabo las reformas que ha habido en otros países de la región, incluido algunos países del Alba. Ahora bien, también leí que para establecer los acuerdos que lleven a las reformas, lo primero que se necesita es crear espacios de confianza, y eso lo veo muy difícil por ahora.

¿Entonces usted cree que en Venezuela no se está trabajando en función de los grandes desafíos que exige la Sociedad del Conocimiento? No, en absoluto. Más bien está creciendo una sociedad del desconocimiento. No solamente «desconocimiento» en sentido de que una mitad del país desconoce la otra mitad;  sino también (des)conocimiento en el sentido de desconocer y desvalorizar el conocimiento complejo, el conocimiento científico, el conocimiento crítico. La mayoría de la inteligencia está marginada de esta “revolución”. ¿No le parece extraño todo esto?

(Según tía Eusebia el periodista terminó diciendo “más que extraño, lo que me parece es dramático”)